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sábado, 7 de mayo de 2016

Tu cerebro sabe si comerás chocolate

El chocolate… se lo ha denominado ‘comida emocional’ y es que es un placer para muchos e incluso una adicción para algunos… Pero, ¿podemos saber quién acabará comiéndose un trozo de este manjar después de haberlo visto, olido y tocado durante un rato? Según Astrid Frankort, de la Facultad de Psicología y Neurociencia de la Maastricht University, y sus colaboradores podemos saber quién ganará y quién perderá peso en función de sus respuestas cerebrales ante la comida hipercalórica… y sin embargo, sabemos poco sobre cómo esos patrones de actividad cerebral pueden predecir quién comerá y quién no en un momento concreto.
Para conocer un poco mejor cómo nos comportamos ante la comida, este equipo de investigadores realizó un experimento en el que el objetivo era analizar qué áreas cerebrales se relacionan con el consumo de chocolate después de haber estado expuesto a él y si la actividad cerebral guardaba alguna relación con el ‘craving’ o deseo por comer.
Los resultados, publicados hace muy poco en la revista científica Appetite (2015) mostraron que comer chocolate tras verlo se relacionó con la actividad de distintas áreas cerebrales. Más específicamente, la probabilidad de comerse un trozo de chocolate era mayor cuanto más se activaban el núcleo caudado derecho y la corteza frontopolar izquierda, dos áreas asociadas con la recompensa, y también cuando se activaban en menor intensidad otras dos áreas más relacionadas con el control cognitivo como son las áreas prefrontales dorsolateral y dorsomedial izquierdas.
Además los autores encontraron otro hallazgo interesante: el acto de comer chocolate se predecía de forma más fiable a través de la actividad cerebral que a partir de lo que los participantes decían sobre sus ganas o deseos de hacerlo. Vamos, que si tenemos que fiarnos de algo a la hora de saber cuántas ganas tiene uno de comerse un bombón, mejor hacerlo de su cerebro que de lo que nos diga.
Estos descubrimientos ayudan a saber por qué algunas personas encuentran tan difícil resistirse a la tentación del chocolate, y es que puede ser  muy complicado privar al cerebro de una recompensa tan potente como un delicioso bombón.

viernes, 29 de abril de 2016

El cerebro tiene un atlas para las palabras

Un estudio demuestra que las palabras similares activan las mismas áreas cerebrales y que el lenguaje no solo es cosa del lado izquierdo del cerebro

martes, 26 de abril de 2016

Identifican un compuesto que revierte los síntomas del alzhéimer o el párkinson

Un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de Leicester (Reino Unido) ha descubierto una forma de revertir los síntomas de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson utilizando como sujetos de prueba moscas de la fruta. El estudio se ha prolongado durante cinco años y ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Gracias a este trabajo, los investigadores han demostrado que los enfoques genéticos y farmacológicos pueden emplearse para disminuir los niveles de metabolitos tóxicos en el sistema nervioso y por lo tanto aliviar algunos de los síntomas de la neurodegeneración. 
Los dos trastornos neurodegenerativos más comunes en todo el mundo son la enfermedad de Alzheimer y de Parkinson. Las opciones de tratamiento para estas enfermedades son limitadas, y hasta la fecha no existen curas. Nuestra esperanza es que al mejorar nuestro conocimiento de cómo estas células nerviosas se enferman y mueren en el cerebro, podemos ayudar a idear formas de interferir con estos procesos, y por lo tanto ya sea retrasar la aparición de la enfermedad o prevenir la enfermedad por completo”, aclara Flaviano Giorgini, líder del estudio.
El experimento se llevó a cabo con la mosca de la fruta Drosophila melanogastercon el fin de explorar qué metabolitos específicos son los que causan la pérdida de células nerviosas en modelos de mosca con la enfermedad de Alzheimer, Parkinson y Huntington.
Los científicos descubrieron que la inhibición de las enzimas TDO y FMOmejoraba los síntomas de todas las moscas debido al aumento de los niveles del metabolito de la vía de quinurenina conocido como ácido quinurénico (KYNA) que es capaz de contrarrestar los efectos de los metabolitos tóxicos.
“Estamos muy emocionados por estos resultados, ya que sugieren que la inhibición de TDO y KMO podría ser una estrategia general empleada para mejorar los síntomas en una gran variedad de trastornos neurodegenerativos, no sólo el párkinson y el alzhéimer, por lo que nuestro siguiente paso es validar nuestro trabajo en modelos de mamíferos y en última instancia ver si estos fármacos podrían ser útiles para los pacientes en los ensayos clínicos”, concluye Giorgini.

jueves, 21 de abril de 2016

LAS BABOSAS DE MAR REVELAN MUCHO ACERCA DE LA MEMORIA Y EL APRENDIZAJE EN LOS HUMANOS

17 abril del 2016. Un equipo de científicos está utilizando nuevas herramientas poderosas en química analítica para obtener una visión sin precedentes sobre la forma en como funcionan los cerebros humanos a partir del estudio de las babosas de mar.
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Las babosas de mar usan sus cerebros, principalmente para encontrar comida, evitar peligros y reproducirse. Mientras que el cerebro humano y el sistema nervioso se conectan mediante cientos de miles de millones de células nerviosas, o neuronas, las babosas de mar pueden funcionar con tan solo decenas de cientos de dichas células.
Irónicamente las babosas de mar pueden decirnos mucho sobre la química del cerebro humano y el sistema nervioso. De hecho, son ideales como sujetos de estudio para la investigación sobre el aprendizaje, la memoria y cómo las neuronas controlan el comportamiento, porque las neuronas de las babosas de mar forman redes neuronales bien definidas y relativamente simples y porque son sorprendentemente grandes, dando a los investigadores más materiales para trabajar,
El químico analítico, Jonathan Sweedler, de la National Science Foundation (NSF), y su equipo de la Universidad de Illinois están trabajando para desarrollar nuevos instrumentos de medición que permitan obtener nuevos conocimientos sobre la función de las células individuales en los sistemas nerviosos centrales de las babosas y otros animales con el fin de descubrir nuevas vías neuroquímicas.
Además de aprender más acerca de la química, el equipo también está descubriendo moléculas que antes eran desconocidas. En última instancia, Sweedler dice que aprender a convertir los productos químicos específicos en el cerebro y fuera del mismo, podría conducir a nuevos métodos para el diagnóstico y el tratamiento del dolor crónico, la adicción a las drogas y la investigación de las enfermedades neurológicas.
Esta investigación es apoyada por la NSF premio # 1111705, Bioanalítico Caracterización de D-aminoácidos en el cerebro.

miércoles, 13 de abril de 2016

La ciencia de los besos

Día Internacional del Beso, besar es todo un arte, pero también tiene su propia ciencia...

Se llama filematología, y las últimas investigaciones en esta disciplina revelan que intercambiar saliva nos ayuda a escoger la pareja más adecuada.

Según explicaba la neurocientífica Wendy Hill durante una reciente reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la más idónea. Además, besarnos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de oxitocina, siempre y cuando besemos a la persona adecuada. 

Helen Fisher, profesora de antropología en la Universidad Rutger y experta mundial en la biología del amor, también ha analizado el papel del beso, y asegura que "besar es un poderoso mecanismo de adaptación" presente en más del 90% de las sociedades humanas. Sin olvidar, añade, que "los chimpancés y los bonobos se besan, los zorros se lamen sus hocicos entre sí, las aves se picotean y los elefantes ponen sus trompas en las bocas de los otros miembros de sus manadas". 

En los humanos, el beso es fundamentalmente una cuestión química, según Fisher. La saliva masculina tiene testosterona y los hombres prefieren los besos húmedos porque ?inconscientemente intentan transferir testosterona para provocar el apetito sexual en las mujeres?, según la experta. Además, este tipo de besos podría ayudarles a "medir los niveles de estrógenos femeninos de su pareja, para hacerse una idea de su grado de fertilidad". En cuanto a las  mujeres, el beso les sirve para detectar el estado del sistema inmune de su posible pareja y saber "cuánto se cuida". 

Por otra parte, la antropóloga sostiene que existen tres sistemas cerebrales diferentes que evolucionaron en el Homo sapiens para permitir el emparejamiento y la reproducción. El primero es el deseo sexual alimentado por la testosterona, tanto en hombres como en mujeres. El segundo regula el amor pasional u obsesivo y parece estar vinculado a una actividad elevada de la dopamina, un estimulante natural. El tercero, que controla el apego y permite a una pareja permanecer unida suficiente tiempo como para criar hijos, está ligado a un nivel mayor de oxitocina. El beso, probablemente, permite que se estimulen esos tres sistemas, concluye Fisher. 

lunes, 11 de abril de 2016

Descubren un método de detección precoz del párkinson

Hoy, 11 de abril, Día Mundial del Párkinson, hay que destacar a un equipo de investigadores españoles que han hallado un método para diagnosticar la enfermedad en personas con trastornos del sueño a través de una biopsia.

Por primera vez, un equipo de investigadores, en este caso de la Unidad de Párkinson del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), ha probado que es posible diagnosticar de forma precoz esa enfermedad en pacientes con trastornos del sueño.
Para ello, hay que practicar al afectado una biopsía en la glándula submandibular, situada en la parte de atrás de la boca, que detecta una proteína (alfa-sinucleína) que se aloja en las neuronas de los enfermos de párkinson. El estudio, coordinado por el Dr. Eduard Tolosa, investigador del CIBERNED y profesor de la Universidad de Barcelona, ha sido publicado en la revista The Lancet Neurology
El párkinson es una patología crónica neurodegenerativa que afecta a las zonas del cerebro encargadas del control y la coordinación del movimiento y del equilibrio. Además, en ocasiones viene acompañada de otros síntomas ajenos al sistema motor como pérdida de olfato, deterioro cognitivo o trastornos del sueño en fase REM, que pueden presentarse años antes de que se desarrolle la enfermedad.
La acumulación de la proteína alfa-sinucleína en las neuronas, concretamente en los llamados Cuerpos de Lewy, es la responsable de la aparición de estos efectos negativos. De ahí que localizar a tiempo la presencia de esta proteína mejoraría el diagnóstico del párkinson en una fase temprana y permitiría empezar a tratar los síntomas desde el principio.
Los autores de la investigación llevaron a cabo biopsias a 21 pacientes con trastornos del sueño en fase REM, a 24 con párkinson y a 26 individuos sanos.Casi el 90% de los afectados por trastornos del sueño y un 70 % de los que padecían párkinson tenían la proteína en la glándula submandibular, al contrario que las personas sanas, en ninguna de las cuales se localizó esa sustancia.
Para Álex Iranzo, neurólogo de la Unidad Multidisciplinar de Trastornos del Sueño del Clínic e investigador del equipo IDIBAPS, “estos resultados demuestran que la biopsia sirve como prueba confirmativa para diagnosticar el párkinson en individuos en los que aún no se ha manifestado la enfermedad. Además, se trata de una prueba poco invasiva y que se tolera bien.
Por su parte, Eduard Tolosa cree que “identificar agregados de sinucleína en la glándula submandibular permite confirmar el diagnostico de párkinson, lo cual es muy útil en casos de diagnóstico incierto. Además identificar a las personas con trastornos del sueño que tengan estos agregados podría servir para diseñar estrategias terapéuticas que, por ejemplo, bloqueen la progresión de esta proteína hacia el sistema nervioso central, donde causan los síntomas clásicos de la enfermedad de párkinson”.